8.6.11

El Señor es Mi Fortaleza



“Tú, Señor, eres mi fuerza; yo te amo. Tú eres mi protector, mi lugar de refugio, mi libertador, mi Dios, la roca que me protege, mi escudo, el poder que me salva, mi más alto escondite. Tú, Señor eres digno de alabanza, cuando te llamo me salvas de mi enemigos. La muerte me enredó en sus lazos; sentí miedo ante el torrente destructor. La muerte me envolvió en sus lazos; me encontré en trampas mortales. En mi angustia llamé al Señor, pedí ayuda a mi Dios, y él me escuchó desde su templo; mis gritos llegaron a sus oídos.


El Señor, el Altísimo, hizo oír su voz de trueno desde el cielo; granizos y carbones encendidos. Lanzó sus rayos como flechas y a mis enemigos hizo huir en desorden. El fondo del mar quedó al descubierto; las bases del mundo quedaron a ala vista por la voz amenazante del Señor, por el fuerte soplo que lanzó. Dios me tendió la mano desde lo alto y con su mano me saco del mar inmenso. Me salvó de enemigos poderosos que me odiaban y eran más fuertes que yo. Me atacaron cuando yo estaba en desgracia, pero el Señor me dio su apoyo: me sacó a la libertad; me salvo porque me amaba.


El Señor me ha dado la recompensa que merecía mi limpia conducta, pues yo he seguido el camino del Señor. Jamas he negado de mi Dios. Yo tengo presente todos sus decretos, jamás he rechazado sus leyes. Me he conducido ante él sin tacha alguna; me he alejado de la maldad. El Señor me ha recompensado por mi impía conducta en su presencia. Tú, Señor eres fiel con el que es fiel, irreprochable con el que es irreprochable, sincero con el que es sincero, pero sagaz con el que es astuto. Tu salvas a los humildes, pero humillas a los orgullosos. Tú, Señor me das luz; ti, Dios mío, alumbras mi oscuridad. Con tu ayuda atacare al enemigo y sobre el muro de sus ciudades pasaré.


El camino de Dios perfecto; la promesa del Señor es digna de confianza; Dios protege a todos cuantos en él confían. Qué otro dios hay que pueda protegernos? Dios es quien me da fuerzas, quien hace intachable mi conducta, quien me da pies ligeros como de cierva, quien me hace estar firme en las alturas, quien me entrena para la batalla, quien me da fuerza para tensar arcos de bronce.


Salmo 18.

Disfruta tu Café...







Un grupo de profesionales, todos triunfadores en sus respectivas carreras, se juntó para visitar a su antiguo profesor. Pronto la charla devino en quejas acerca del interminable “estrés” que les producía el trabajo y la vida en general.



El profesor les ofreció café, fue a la cocina y pronto regresó con una cafetera grande y una selección de diferentes tazas: tazas de porcelana, plástico, vidrio, cristal, unas sencillas y baratas, otras decoradas, unas caras, otras realmente exquisitas.


Tranquilamente les dijo que escogieran una taza y se sirvieran un poco del café recién preparado.



Cuando todos se sirvieron, el viejo maestro se aclaró la garganta y con mucha calma y paciencia se dirigió al grupo: “Se habrán dado cuenta de que todas las tazas que lucían bonitas se terminaron primero y quedaron pocas de las más sencillas y baratas; lo que es natural, ya que cada quien prefiere lo mejor para sí mismo”.




Ésa es realmente la causa de muchos de sus problemas relativos al “estrés”. Continuó: “Les aseguro que la taza no le añadió calidad al café. En verdad la taza solamente disfraza o reviste lo que bebemos. Lo que ustedes querían era el café, no la taza, pero instintivamente buscaron las mejores. Después se pusieron a mirar las tazas de los demás”.



Ahora piensen en esto: La vida es el café.
Los trabajos, el dinero, la posición, etc., son meras tazas, que le dan forma y soporte a la vida y el tipo de taza que tengamos no define ni cambia realmente la calidad de vida que llevemos. A menudo, por concentrarnos sólo en la taza, dejamos de disfrutar el café.


La gente más feliz no es la que tiene lo mejor de todo, sino la que hace lo mejor con lo que tiene.
Vivan de manera sencilla. Tengan paz. Den amor y actúen generosamente. Sean solidarios y solícitos. Hablen con amabilidad. Respeten a sus semejantes. Recuerden que la persona más rica no es la que tiene más, sino, la que necesita menos. Disfruta tu café!.


1 Tesalonicenses 5.18

Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para vosotros en Cristo Jesús.

20.1.11

"E"

Aunqu? ?sta máquina d? ?scribir ?s un mod?lo muy vi?jo, trabaja muy bi?n, a ?xc?pción d? una t?cla. Podría p?nsars? qu? con todas las d?más funcionando muy bi?n no s? notaría una t?cla qu? fallara, p?ro una t?cla qu? falla arruina todo ?l ?sfu?rzo.
Tu podrías d?cirt?: bu?no, solo soy un jov?n, nadi? notará qu? yo no m? ?sfu?rzo.
P?ro si s? nota la dif?r?ncia, porqu? basta una sola p?rsona qu? no asuma su pap?l para qu? la cosa no vaya a d?lant?
D? modo qu? la próxima v?z qu? pi?ns?s qu? no ?r?s important?, acu?rdat? d? ?sta vi?ja máquina d? ?scribir y vu?lv? a d?cirt? a ti mismo: ¡soy una p?rsona clav? con la qu? cu?nta mucha g?nt? para qu? pu?dan r?alizars? un montón d? proy?ctos!



NADIE TENGA EN POCO QUE SEAS JOVEN, TU SE EJEMPLO CON TUS PALABRAS, CON TU CONDUCTA, AMOR, ESPIRITU, FE Y PUREZA.

10.12.10

¿EStaS aFilanDo tU HachA?


Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.1Timoteo.5.17, 18

"Había una vez un hachero que se presentó a trabajar en una maderera. El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo mejores aún; así que el hachero se decidió a hacer un buen papel.
El primer día se presentó al capataz, quien le dio un hacha y le designó una zona. El hombre entusiasmado salió al bosque a talar, En un solo día cortó 18 árboles.

Te felicito, dijo el capataz, sigue así; Animado por las palabras del capataz, el hachero se decidió a mejorar su propio desempeño al día siguiente; así esa noche se acostó bien temprano. A la mañana se levantó antes que nadie y se fue al bosque.
A pesar de todo el empeño, no consiguió cortar más que 15 árboles. Me debo haber cansado -pensó y decidió acostarse con la puesta del sol. Al amanecer se levantó y decidió batir su marca de 18 árboles. Sin embargo ese día no llegó ni a la mitad.
Al día siguiente fueron 7, luego 5 y el último día estuvo toda la tarde tratando de voltear su segundo árbol.
Inquieto por el pensamiento del capataz, el hachero se acercó a contarle lo que le estaba pasando y a jurarle y perjurarle que se esforzaba al límite de desfallecer. El capataz le preguntó: ¿Cuándo afilaste tu hacha la última vez?- ¿Afilar? No tuve tiempo de afilar, estuve muy ocupado cortando árboles dijo el hachero"

Podemos ver a la luz de la Biblia, como en muchos pasajes se menciona que El Señor Jesucristo se apartaba continuamente para estar a solas con Dios, podemos observar que siempre estaba buscando un momento para hablar con su Padre Celestial. Y es que solo hay una manera de ser muy efectivos en todo lo que hacemos y es buscando la presencia de nuestro Señor Jesucristo, con una actitud de humildad y sencillez de corazón, declarándole a Él, cuanto le necesitamos, reconociendo que sin su gracia y sabiduría nada podremos hacer.
Podemos tomar mucho tiempo para la lectura libros, escribir, estudiar, esforzarnos arduamente en la preparación de técnicas, seminarios, etc, pero si descuidamos nuestra comunión con Dios a través de la oración, el hacha de nuestro espíritu no esta siendo afilada…ya que el filo para nuestra hacha espiritual solamente se encuentra en esa comunión tan hermosa en donde solamente nuestro Padre y nosotros estamos en conexión.
Cuando nos hemos olvidado de parar para afilar el hacha, no tardaremos mucho en darnos cuenta que no estamos siendo lo suficientemente efectivos en lo que estamos desempeñando, notaremos que si no está fluyendo la palabra de Dios en nuestras bocas, es porque no hemos entrado al lugar secreto como el Señor nos lo manda a hacer.

"Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público. Mateo. 6:6"

Cuando pagamos el precio de orar en el secreto de nuestra habitación, la recompensa prometida por nuestro Padre Celestial, es evidente en nuestras vidas, la oración que sale del corazón de un hombre o una mujer que se toma tiempo para estar a solas con Dios, de seguro que marcará una enorme diferencia donde quiera que este.
¿Estás cansado? ¿ Se han agotado tus fuerzas?¿El desanimo ha entrado en tu corazón? ¿Cuándo afilaste tu hacha la última vez? el hacha de nuestra alma únicamente puede ser afilada en la presencia del Santo de Israel, nuestro amado Señor y Salvador Jesucristo.

Como siempre existen dos opciones, o sigues luchando en tus propias fuerzas, queriendo ser efectivo en lo que haces, o te detienes para estar a solas con Jesús, sabiendo que al salir de ese lugar, tu hacha estará lista de nuevo.
¡Tú decides!